Durante el juicio, Carmen Balfagón, una de los abogados de la acusación, ha expresado su convicción de que tienen una oportunidad histórica de hacer justicia. Según ella, los indicios que han recopilado son numerosos, claros, sólidos, están conectados y señalan de manera directa al procesado. Sin embargo, la Fiscalía y la defensa de Vilariño coinciden en que las investigaciones del caso más antiguo de la justicia española estuvieron enfocadas en buscar argumentos contra el acusado, considerado desde el principio como el principal sospechoso.

El fiscal ha señalado que las pesquisas se centraron demasiado en buscar indicios contra una persona y no lo suficiente en perseguir la verdad. «Tratando de obtener pruebas que traten de demostrar la implicación de alguien concreto, podemos equivocarnos», ha añadido. Paula Salvador, la letrada de Juan Vilariño, el hostelero acusado, también ha afirmado que la investigación careció de objetividad y que no se buscaba al autor, sino pruebas contra su mandante.

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