Sobre Ferrándiz: «No es un enfermo psiquiátrico. Es una persona muy educada, con un nivel intelectual altísimo, que es consciente de lo que ha hecho, pero que se queja de que no le están estudiando y, por consiguiente, no le están tratando. Él no sabe porqué mató», incide la decana del Colegio de Criminólogos de Madrid, Carmen Balfagón, que se entrevistó con el reo hace unos meses. Sin ese análisis durante el tiempo que permanecen en la cárcel, «no podemos establecer medidas de prevención para que se reinserte y no reincida». Balfagón se atreve a dar un diagnóstico sobre la motivación del homicida. Un odio que, añade, se habría diluido con el paso del tiempo: «Su novia lo dejó cuando más la necesitaba y él se vengó, por eso dice que no recuerda la cara de sus víctimas, porque él solo veía a una».
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