Las familias de Virginia Guerrero y Manuela Torres, las niñas de Aguilar desaparecidas en 1992, han recurrido ante la Audiencia provincial el archivo del caso por parte del juzgado de Cervera de Pisuerga al entender que no se han agotado las vías de investigación y al dar como válidas el juzgado acciones y testimonios que se han demostrado como falsas durante la investigación. Se sienten dolidos con la actitud de la jueza y, sobre todo, con el fiscal ya que entienden que no ha defendido sus intereses. Recuerdan que, aunque las desapariciones no prescriben en España, los crímenes y asesinatos sí, por ello piden, en un gesto de humanidad, que si hay alguien que sepa qué pasó con ellas lo comunique a través de cualquier medio, de forma anónima, para poder seguir adelante ya que, al responsable o responsables de su desaparición ya no les ocurriría nada.